Pero llegará un momento en el que verás algo en la superficie brillante, una chispa y sin que te des cuenta tu caída parará, y empezarás a caminar hacia esa chispa, al principio la evitarás por miedo a que te haga daño pero poco poco recuperarás la confianza y llegará el momento en el que verás otra vez el mundo con todos los colores existentes y más bellos.
Y esa chispa que te vuelve a guiar por el sendero de la luz es tu Pepito Grillo, el que te lleva susurrando todo el tiempo que todo iba a salir bien, tu yo interno, tu yo desdoblado, tu conciencia.